Como en la famosa saga de películas, el universo del
entrenamiento esta guiado por una fuerza imperceptible para la mayoría que hace
que unos pocos realicen proezas, y con proezas me refiero a acabar maratones, levantar
pesos o correr triatlones. Esa fuerza que hace que la gente abandone un día el sofá
y se ponga a correr, saltar o entrenar, es parecida a la fuerza que hacia que
los guerreros Jedi fuesen alucinantes, pero si existe una fuerza “oculta” que
te hace ser mejor “guerrero”, ¿habrá un reverso oscuro de la fuerza?.
La respuesta es, absolutamente SI!!!!!!, solo hace falta un
acontecimiento inesperado, del tipo “Luck soy tu padre” para que te sientas atraído
por la desidia, el “no puedo” y la pereza, o lo que es lo mismo, dejo de
entrenar y me voy al sofá a dar pena.
Esta visita del lado oscuro es lo que ha marcado la semana,
los acontecimientos y porque no decirlo, las obsesiones personales se han
cebado con nosotros y esto ha tenido como consecuencia, lo que podríamos
definir como una semana de mierda, sin mas.
Acontecimientos o detonantes.
El primero la biometría, “pa” olvidar, volviendo a valores
de diciembre del 2013, mas peso, mas grasa visceral…. bueno mejor no seguir, y
claro aquí surge uno de los detonantes, “la culpa”. Si entreno mas que
nunca, ¿Cómo puedo engordar?, ¿el cardio no adelgaza?, ¿Qué esta pasando?,
bueno, lo mas fácil es que no estas comiendo como debieras, y eso te hace
sentirte culpable, no es nada externo, lo tienes en ti, puedes correr, nadar y
todo lo que quieras, pero no puedes tener la boca cerrada. El gran talón de
Aquiles aquí es la azúcar, a Isra la Coca-cola y las “chuches” parece ser que le privan,
de hecho en el entrenamiento del viernes llego a decir que se mareaba y tenia
mal humor toda la semana porque no había tomado nada con azúcar, otra vez la
culpa, otra vez la justificación, tomo azúcar porque sino me mareo. Esto solo
es un “juego mental” del reverso tenebroso, eres tu el que falla y entonces lo
justificas diciendo que eres “adicto” a la azúcar, de penaaaa!!!!!.
Segundo detonante, una lesión. El entreno del lunes dura
aproximadamente 15 minutos, problemas en un gemelo y para casa, otra vez “la
culpa”, ¿entrenare mucho?, ¿estirare poco?, ¿mis Zapatillas son….bla,bla,bla.
La lesiones de tipo muscular en gente que realiza deporte a diario son habituales,
y no, cuando las tienes no tienes la culpa, simplemente suceden, pensar, si
hubiese hecho esto y no aquello es tanto como pensar en aquello de la abuela y
los pedales, una gilipollez. El estar lesionado no te manda al sofá sino estas
deseando ir, si no corro, nado, si no nado hago pesas, lo que sea, pero si
juntamos el estoy “gordo” con el estoy “lesionado” da como resultado, “me quedo
tumbado”.
Tercer detonante, diez meses dale que te pego, o el efecto
“ratoncito” corriendo en la rueda de la jaula. Día tras día, correr que te
corre, entrena y mas entrena, por mucho que te guste, que te apasione, el lado
oscuro te susurra al oído, “estas hasta los cojon….”,”tomate una coca, te lo
mereces”, “hoy no entrenes que estas lesionado”.
Si un detonante puede acabar con tu culo en el sofá, ¿Qué
sucede si son tres?, pues el desastre total. No solo acabas aplastado y
derrotado, sino que además piensas en no levantarte jamás. Del como salir de
esta situación y que hacer para devolver a nuestro guerrero a la alianza de las
fuerzas del bien hablare la semana que viene, si es que lo conseguimos, sino es
que el mal ha triunfado y Dunkin´ donunt tiene un nuevo seguidor.
Esta es la verdad, y esta semana, y influenciado por “que
pena doy” lo de Israel es “puro teatro”, aunque si lo quieres leer, ya sabes:
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