jueves, 21 de febrero de 2013

Natación y patologías de espalda.


   Durante años los médicos con buen criterio, les han recomendado a sus pacientes la práctica de la natación, como medio para el fortalecimiento de la musculatura posterior, con el fin de aliviar los dolores de espalda. A partir de este punto de partida, debemos tener encuenta que si bien, la natación es excelente para tal fin, una técnica o ejecución inadecuada puede producir más mal que bien.

   En primer lugar debemos elegir un estilo de natación que nos resulte adecuado, pero no debemos quedarnos solo con ese estilo, ya que cada uno de ellos nos ofrece rangos de movimiento distintos, y a veces complementarios. Ahora bien, ¿Qué problemas nos podemos encontrar en cada uno de los diferentes estilos?

   En el crol es fundamental que aprendamos a alternar el lado hacia donde giramos para respirar, ya que si giramos siempre hacia el mismo lado podemos acabar rotando la cadera hacia ese lado, produciendo una descompensación en la estructura de nuestro cuerpo, que se puede transmitir desde el pie hasta el hombro contrario, haciendo que nuestro cuerpo se “gire” como una espiral.

   En espalda el problema fundamental viene por no alargar nuestro cuerpo y hundir la cadera, lo que produce una basculacion hacia delante de la pelvis, una contracción involuntaria y sostenida del recto abdominal, lo que nos lleva a una postura cifotica (chepa) sostenida. Con esto lo que se produce es la acción contraria a la que en principio deseamos, en vez de “alargar” la espalda y buscar la alineación, lo que conseguimos es mas curva.

   En la braza el efecto en la musculatura posterior puede ser el contrario al del estilo de de espalda, al mantener la cabeza siempre fuera del agua para respirar, debemos híper extender cervicales y arquear la zona lumbar para producir la patada, lo que producirá dolor lumbar por compresión y dolor cervical por híper extensión.

   Como vemos es fundamental poseer una técnica de ejecución del gesto correcta a la hora del uso de la natación como medio para el fortalecimiento de la musculatura posterior, y no solo la de la espalda, ya que de no ser así, y debido a la repetición o el mantenimiento de un patrón erróneo, lo que podemos estar haciendo es agravar y no corregir nuestros problemas.

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