El tema de la entrada de esta semana surgió el lunes pasado
en casa. Haciendo zapping por los canales de TV, me detuve en una tertulia
“deportiva” (lo de deportiva es relativo, hablaban de futbol, bueno en realidad
hablaban del Real Madrid). La discusión giraba entrono a la posibilidad de que
Cristiano Ronaldo no jugase contra el Schalke 04, ya que
la eliminatoria estaba decidida. Los periodistas se afanaban en argumentar pros
y contras, posibles lesiones, sobrecarga física antes del “clásico”… mil y una
vuelta.
Partiendo de la base que a mi el futbol ni me gusta ni me
interesa, semejante discusión si me hizo plantearme una idea como entrenador,
¿Cómo se puede encerrar a un león?. De todos es sabido que si hay algo que le
gusta a Cristiano es jugar, supongo que ganar también, pero sobretodo competir.
Estar delante de 80000 personas cada domingo debe ser una pasada, y eso no se
le puede quitar a nadie, o al menos a alguien que ame lo que hace.
Desde ese punto de vista, del amar lo que haces, “la pasión siempre esta por encima de la
razón”. Evidentemente es fundamental en la práctica continuada de un
deporte la programación, y dentro de ella, los periodos de descanso y recuperación
son fundamentales, pero cuando hay que competir, como entrenadores, no podemos
poner puertas al campo. La primavera ya esta aquí, y con el buen tiempo llegan
las carreras. Después de un invierno de duros entrenamientos, llega el momento
de competir, llega el momento de liberar al león.
En los próximos meses tenemos:
23 de marzo, San Martín 25km.
5 de abril, Pedrezuela 20Km.
10 de mayo, Machaka primavera, Triatlón Express.
17 de mayo, Castellón 63Km.
28 de junio, Peñalara 84Km.
28 de julio, medio ironman..
Estos son los retos, es el momento de competir, es el
momento de “disfrutar”, lo que suceda, ya lo contaremos, lo importante es que
el tiempo a llegado, es aquí, es ahora.
En cuanto al entrenamiento, el lunes la sesión se centro en
mejora de la técnica de carrera, activación del gesto deportivo y
transferencia. El miércoles la sesión se diseño con un objetivo, saber si
Israel seria capaz de organizar una carga de trabajo. El trabajo consistía en
realizar 300 burpees y 300 sit-up en el menor tiempo posible. La única condición
era alternar un ejercicio con otro. Básicamente tenemos un trabajo exigente
(burpee) con otro que no lo es tanto (sit-up), lo tentador es hacer más sit-up que burpees, lo que tiene como
consecuencia que al final solo tienes trabajo duro y nada para poder recuperar.
De hecho así empezó, 60 burpees/100 sit-up. En la siguiente tanda aun había mas
sit-up (80) que Burpees (60), pero a partir de esa segunda ronda, 60/60 hasta
el final. Por fin Israel a aprendido que el trabajo debemos organizarlo. El
tiempo por cierto fue de 31´51´´ .
Esta es la crónica de esta semana, la de Israel como siempre
en su blog:


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjame tu comentario, gracias.