miércoles, 19 de noviembre de 2014

Los viejos roqueros si que mueren, gracias a Dios.

Los cambios siempre expresan progresos, nos guste o no. Afortunadamente nada es para siempre. El progreso de entrenar es una sucesión de cambios buscando un adaptación, esa adaptación al cambio produce una mejora, CAMBIO=MEJORA.

Cuando hablamos de entrenamiento siempre nos referimos a cargas de trabajo, intensidades, series, repeticiones…etc., todo pensado y diseñado para mejorar nuestro físico, pero y las emociones, como se puede cambiar lo que nos motiva, como se puede mejorar nuestra manera de pensar a la hora de entrenar, y lo que es mas importante, a la hora de competir.





Las emociones son una parte fundamental del proceso de entrenar, lo que nos motiva, lo que nos lleva a hacer el trabajo es mas importante que el trabajo en si, porque por muchas series, repeticiones o cargas que tengamos en nuestro plan, si no tenemos la motivación para hacerlo, sencillamente, el movimiento no se produce.

La dificultad que plantea el plano emocional en el entrenamiento es que es algo que nos negamos a cambiar. “yo soy como soy y nada me va a cambiar” es un razonamiento muy extendido entre todos los que entrenamos, a un nivel u otro. Como entrenador tengo la misión de trabajar también ese ámbito emocional, es lo que unos llaman “coaching”, otros “testiculina” y otros simplemente dos dedos de frente. Intentar influenciar en los aspectos sicológicos/emocionales es probablemente el mayor de los retos a los que te puedes enfrentar, conseguir cambiar el enfoque de alguien sin que se de cuenta, es algo que requiere de dos circunstancias, experiencia y sabiduría o casualidad y suerte. En este caso la “casualidad” nos a llevado a entrenar con mas gente, a escuchar otras versiones y a darnos cuenta de que debemos ser mas listos y menos impulsivos. Darte cuenta de lo que te dicen te lo dicen porque el que te lo dice ya ha pasado por donde esta tu es signo de madurez, madurez como deportista y como persona, lo mismo que hizo que un día te dieses cuenta que los “chicos malos” mueren jóvenes y que aunque con un bonito cadáver, muerto estas muerto, y eso es una putada.




En este aspecto Israel a mejorado mas en un mes que en dos años, mas atento, escuchando y entendiendo, creo que ya lo he comentado en alguna otra entrada, empieza a madurar y me hace sentir orgulloso, ya no solo no se pierde en las carreras, sino que además sabe dosificar, empezar despacio y parar si nota algún posible problema, y todo gracias a enfocar y tener claro que lo que quieres es importante, pero que también es importante como conseguirlo.

Como consejo final, disfrutar de cada día de entrenamiento, de cada pedalada o cada carrera es el siguiente paso, no conseguir correr mas o mejor, sino hacerlo que cada uno de esos días sea especial y único, “entrena desde el corazón, no solo con el”


Esta es mi versión, la de Israel en:


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