Esta semana es la que dedicamos a la recuperación activa del
cliente, o en otras palabras, es el momento dentro de un ciclo programado de
entrenamiento, donde bajamos la intensidad del entrenamiento, para que el
cuerpo realice una adaptación al estrés al que ha sido sometido, y pueda así
mejorar su rendimiento. Lo difícil es explicar como, después de cuatro semanas
subiendo y subiendo la intensidad del ejercicio, esta donde bajamos dicha
intensidad es fundamental para la mejora de cualquiera de las condiciones o
cualidades a entrenar, y con Isra, lo de bajar el nivel parece no caber en su filosofía
de vida, con lo cual se produce el efecto saltador de trampolín,
¿Que cual les ese efecto?, muy fácil…
El efecto saltador de trampolín lo podría
describir como aquel deportista (se puede llevar a cualquier ámbito del día a día)
que se lanza a realizar un proyecto, en este caso lanzarse al agua de una
piscina desde un trampolín, y que una vez iniciado el proyecto, en vez de dejar
que todo fluya, prefiere luchar contra todo en la creencia que la lucha le
llevara a buen fin, o a lo que vamos, al saltar, lo que debes hacer es dejarte
llevar, tocar el fondo e impulsarte contra el suelo para subir con mas fuerza
hacia arriba, en vez de hacer lo mas difícil (saltar) y cuando entras en contacto
con el agua, intentar frenar el peso de tu cuerpo, girar en cuerpo y nadar en
sentido contrario, y esto, es lo que puede llevar al saltador a dos
situaciones:
A), incluso antes de entrar en el agua ya esta pensando en
girar, conclusión, hostia contra el agua.
B) nada mas entrar intenta remontar hacia la superficie,
conclusión, tarda más en hacerlo y además se cansa un huevo.
En definitiva, cuando un ciclo de entrenamiento esta diseñado
con cambios de intensidad, tan importante es subir la carga como disminuirla en
su momento exacto, por una razón, el estimulo no puede ir siempre en aumento.
Precisamente esto, el aumento sistemático de la carga es lo que hace que la
gente se estanque en sus resultados, el cuerpo no puede asimilar un aumento sin
fin del estimulo, debe adaptarse a el, y debe hacerlo de un modo consciente.
En cuanto a la semana de entrenamiento, mejor no comentar
nada. Isra estuvo toda la semana como un niño enfurruñado, demasiado cabreado
con la idea de haber sentido molestias la semana anterior y haber suspendido un
entrenamiento, como para darse cuento
que lo único que habíamos hecho es llegar al fondo de la piscina para coger impulso.
Esta es mi visión de la semana, la verdad como siempre la
encuentras en:


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